sábado, 17 de marzo de 2012

PAÍS, ESTADO Y NACIÓN

 Un país es un territorio que constituye una unidad geográfica o política. Guinea Ecuatorial no constituye una unidad geográfica pero si una política, luego existe como país. Un estado es una entidad política que preside los destinos políticos de una sociedad y que ejerce el poder legal. Guinea Ecuatorial como estado también existe. Una nación es el conjunto de habitantes de un mismo territorio, que comparten unos vínculos históricos y se rigen por una misma estructura política. Si nos referimos al término nación en el sentido de país o estado, podemos decir que Guinea Ecuatorial es una nación. Si nos referimos a nación en el sentido más romántico del término, nos damos cuenta, de que Guinea Ecuatorial no lo es.
 Territorio, tradiciones, origen común y religión son factores que influyen en la construcción de la conciencia nacional. Uno de los más importantes, si no el que más, es el idioma. El idioma oficial, en este caso el español, en Guinea Ecuatorial es la principal unión de los distintos pueblos de Guinea Ecuatorial. La población de Guinea Ecuatorial como país ocupa diversos territorios, tiene distintas tradiciones y el origen es diverso. El español, como idioma, nos une.
 Si un día vemos en una mesa sentados a un grupo de guineanos de diferentes etnias: un fang, un bubi, un ndowe, un annobonés y un fernandino, y cada uno intenta decir algo en su lengua nativa pero ninguno de los otros entiende nada, podremos llegar a la conclusión de que no es posible avanzar, no por falta de entendimiento, simplemente porque no hay comunicación, nadie entiende nada. Pero si el mismo día vemos a otro grupo de las mismas características sentado en otra mesa, debatiendo de manera natural y entendiéndose mutuamente, nos daremos cuenta de una cosa, el segundo grupo habla español. Como dije antes, el español nos une.
 ¿Qué es lo que se ha hecho desde la independencia para fortalecer esa unión? Nada, más bien se ha hecho lo contrario. Guinea Ecuatorial tiene como idiomas oficiales el español, el francés y el portugués. Como idiomas nativos tenemos el fang, el bubi, el annobonés, el combe, el pichinglis, etc. El francés y el portugués son lenguas ajenas que no tienen ningún arraigo en Guinea Ecuatorial pero por motivos puramente políticos son oficiales. El guineano siempre ha sido como mínimo bilingüe. Y el estado guineano lo que tiene que hacer es fomentar ese bilingüismo. Primero protegiendo las lenguas nativas y segundo, protegiendo nuestro mayor punto de unión, el español.
 El poder hablar varios idiomas es algo bueno porque vivimos en un mundo globalizado y tenemos que tener relaciones con todos los países de nuestro entorno y de la comunidad internacional. Pero si una lengua no tiene arraigo en el país, es suficiente con que se promueva su aprendizaje en el sistema educativo. No hace falta que se la haga lengua oficial del país. El inglés es el idioma internacional dominante y con la influencia que tienen las grandes empresas petroleras me pregunto por qué no se le ha ocurrido todavía a Obiang hacer del inglés nuestro cuarto idioma oficial. A lo mejor ese puesto se lo guarda al chino. Ya sabéis, China es el futuro y seguramente les hará mucha ilusión que el chino sea idioma oficial en un país africano.
Tenemos que cuidar nuestras lenguas para no olvidar quienes somos. Tenemos que cuidar el español para no olvidar nuestra historia.

domingo, 4 de marzo de 2012

DJIBLOHO


Que cada uno lo pronuncie como pueda. ¿Por qué todos los dictadores cuando tienen algo de dinero se empeñan en hacer obras megalómanas? Ahora resulta que Guinea Ecuatorial necesita una nueva capital. Os podéis imaginar, Guinea necesita urgentemente tener su Brasilia o Abuja. No me quiero imaginar cuanto puede costar un proyecto de semejante magnitud pero bueno, en Guinea hay petróleo así que parece que hay barra libre de petrodólares. Ya sabes, si tienes un proyecto pero no consigues dinero para financiarlo por culpa de los recortes, la palabra de moda en Europa, te sugiero que pruebes en Guinea Ecuatorial. Allí los dirigentes, perdón, el dictador y sus allegados,  no se van a fijar ni en las cifras ni en los detalles y, además, parece que quieren pasar a la historia como otro clan dictatorial que se dedico a derrochar el dinero de su país.
 Obiang, por más que quiera limpiar su nombre, no va a pasar a la historia como el gran estadista, filántropo y padre de la patria que se imagina que es. Algunos de sus lacayos ya le llaman el Mandela guineano. Lo confieso, la primera vez que lo escuche casi me desmayo del susto. Mandela solo hay uno y, por algo más que mala suerte, no es guineano. Obiang es el anti-Mandela. Mandela luchó por la libertad, la justicia y la democracia en Sudáfrica. Obiang es un dictador que se formó como oficial en la España franquista, formó parte del aparato represor de la dictadura de Macías y desde 1979 administra Guinea Ecuatorial como si fuese su finca privada. Mandela luchó por instaurar la  democracia en su país y una vez conseguido ese objetivo se hizo a un lado. La verdadera democracia no admite personalismos. Obiang en cambio busca la perpetuidad en el cargo como la buscó su tío Macías. Como os comentaba antes, igualito que Mandela.
 Obiang ha llegado a afirmar que el pueblo guineano es un pueblo de vagos y que él es un dictador porque “dicta las normas”. Aunque algunos nuevos ricos guineanos no lo crean, algún día, el petróleo, se va a acabar. Cuando llegue ese día, Obiang estará muerto y a nosotros, los guineanos, este pueblo de “vagos”, nos tocará pagar sus deudas.