viernes, 27 de abril de 2012

PETRÓLEO


No hace mucho tiempo, cada vez que se hablaba de Guinea Ecuatorial en la esfera internacional, se hablaba de derechos humanos. No hace mucho tiempo, Guinea Ecuatorial no estaba en la agenda de los grandes países, excepto en la de Francia y, testimonialmente, en la de España. En la de Francia estaba por los intereses económicos que tienen los franceses en África y en la de España, por ser esta la antigua metrópoli. Hoy en día, cada vez que se habla de Guinea Ecuatorial en la esfera internacional, se habla de petróleo. Y cuando se habla de petróleo se habla de dinero. Hoy en día, Guinea Ecuatorial está en la agenda de las grandes potencias como Francia, Reino Unido, Japón y sobre todo, Estados Unidos.

Estados Unidos es seguramente el país que más ha invertido en Guinea Ecuatorial a lo largo de toda su historia. Si un país invierte mucho dinero en otro es porque sabe o tiene la esperanza de que los beneficios de sus inversiones, a largo plazo, serán satisfactorios. El que conozca un poco la industria del petróleo sabrá que son muchos los actores que intervienen a lo largo de toda la cadena y que hace falta algo más que unos millones de dólares o euros para moverse en esa industria. Un país tiene mucha riqueza potencial cuando tiene grandes reservas de petróleo en su territorio nacional. Pero esa riqueza solo es potencial y no real si no tiene el capital y la tecnología para producir. Estados Unidos aporta la tecnología y el capital, Guinea Ecuatorial el petróleo. Todo tiene su lógica.  

Francia es seguramente el país europeo que más intereses, económicos y culturales, tiene en África. En la época de las vacas flacas, cuando Obiang era un paria y Guinea Ecuatorial no era más que un pequeño país africano, Francia estuvo ahí para darle todo el apoyo que necesitó. Pero no estuvo ahí para ayudar al pueblo guineano si no todo lo contrario. Estuvo ahí para defender sus intereses en África y Guinea Ecuatorial no fue más que otro pedazo de tierra al que añadir a su política neocolonialista y de apoyo a toda clase de dictadores africanos. Ya sabéis como poco a poco se hizo con el control de la economía guineana: franco CFA, CEMAC, el francés pasa a ser lengua oficial de Guinea Ecuatorial, etc. Hace tiempo que las vacas engordaron con el petróleo pero Francia quiere seguir dictando las normas, como en los viejos tiempos.

Y terminamos con España. La relación de Guinea Ecuatorial con España desde la independencia es una historia de desencuentros. En la cultura hispana al enemigo no se le quiere ni en la victoria y mucho menos en la derrota. Al enemigo se le quiere eliminar, erradicar y borrar de la historia. Por eso Macías aborrecía todo lo español. El colono, el español, era el enemigo. El ciudadano español o empresa española que hoy en día siga creyendo en las bondades del colonialismo y que crea que Guinea Ecuatorial le debe muchísimo a España, no tiene nada que hacer en Guinea Ecuatorial.

En los años 70 Guinea Ecuatorial era “materia reservada” para la prensa española9, es decir, no se podía hablar de Guinea Ecuatorial porque había censura. En los años 80 se intentó retomar la relación pero todo acabó en un fiasco. Los intereses económicos españoles eran casi nulos y fracasaron varios intentos españoles para explotar el petroleo guineano (según Repsol, los pozos no eran rentables)78. En los 90 se intentó presionar al régimen de Obiang para que iniciara la democratización del país. Para entonces España ya había perdido toda influencia real y Francia era ahora la interlocutora de Guinea Ecuatorial en los foros internacionales. En los 90 llegaron al país las primeras empresas petroleras americanas. En la década posterior Guinea Ecuatorial se convertiría en “El Dorado” y España decidiría cambiar su política exterior con respecto a Guinea Ecuatorial.


Durante años España habia apostado por una politica de compromiso con la democratización de Guinea Ecuatorial pero de repente la “realpolitik” apareció. Los empresarios y políticos españoles se dieron cuenta de que la mayor parte del pastel del petroleo guineano ya estaba repartido y si querían quedarse con algo sería mejor rectificar, acercarse al régimen de Obiang y normalizar las relaciones. Ya sabéis lo que vino después, el circo de Obiang y Zapatero3, Obiang y Rajoy4, Obiang y el Rey5, Obiang y Bono6, etc. Demasiado tarde, el petróleo de Guinea Ecuatorial estaba en las grandes ligas, Estados Unidos, China, Francia, Brasil, etc., y Repsol, como en Argentina2, sigue teniendo los mismos problemas que en los 801.

lunes, 16 de abril de 2012

PRETORIANOS

 Una guardia pretoriana es un grupo especializado de la fuerza armada que protege a un político, gobernante, personaje destacado, etc. Obiang no es un político, nunca lo ha sido y nunca lo será, pero tiene su guardia pretoriana. La semana pasada se decreto en Francia una orden de arresto internacional contra su hijo Teodorín, Ministro de Agricultura y Bosques, por diversos delitos1. En una breve entrevista que concedió a diversos medios, Obiang afirmaba que su hijo no había cometido ningún delito y que él personalmente, les dice a sus hijos que no pueden vivir del dinero que ganan como ministros y que también deben de tener empresas y dedicarse a cualquier tipo de actividad que de dinero en el sector privado2.
 Me gustaría poder decirle: “¡Callado estás más guapo!”, pero obviamente sería una mentira. Una vez más nos demuestra que no se da cuenta del conflicto que existe entre ser ministro y dedicarse a hacer negocios de forma privada. Los países democráticos suelen tener leyes de incompatibilidades, y mientras uno ocupa un cargo público, debe de abandonar, aunque sea temporalmente, todos los cargos que ocupe en empresas privadas. Otro punto es el eterno problema que tiene este hombre de confundir ministros políticos con funcionarios de la administración del estado, pero bueno, ya sabemos que Obiang no es político y a él, esos matices, le vienen grandes.
 Obiang ante todo es un militar. Según sus propias palabras, el dicta las normas, por lo tanto es un dictador. Con la misma naturalidad que reconoce que es un dictador, anuncia que el referéndum para la reforma de la constitución fue aprobado por el 97% de la población3. Increíble pero cierto, cada vez que veo los resultados de unas elecciones en Guinea Ecuatorial me da vergüenza ajena, por dios, ¡ni siquiera se molestan en maquillar las cifras para que parezcan reales! En fin, seguramente no quieren ver opositores en Guinea Ecuatorial, porque como ya dijo Obiang una vez: “¿Qué derecho se cree que tiene la oposición para criticar al presidente de este país?”
 Si la población le quiere tanto, ¿por qué va siempre rodeado de su guardia marroquí? ¿No hay guineanos que quieran servir a su patria bajo sus órdenes? ¿Obiang se fía de sus paisanos? Pero si cada vez que hay elecciones le votan casi todos y seguramente que ese 3% de votos negativos fue porque se equivocaron de boleto.
Sarcasmos aparte es patético ver como Obiang sale en televisión intentado justificar lo injustificable, es patético ver como un pequeño y rico país africano es administrado como una mala finca, es patético ver como Obiang va por el mundo recogiendo premios y donando millones para limpiar su nombre y es patético ver como Obiang necesita de una guardia marroquí pretoriana para que le proteja. ¿De que tienes miedo Obiang?








jueves, 5 de abril de 2012

SOCIEDAD CIVIL

 Hace un par de semanas tuve un debate con unos paisanos acerca de la justicia en Guinea Ecuatorial. Un grupo de menores fue arrestado y acusado de haber cometido diversos delitos. Según varios testigos la policía no solo les arrestó, sino que también les maltrató. Tras leer varios comentarios de unos paisanos en internet decidí unirme al debate, ya que no solo aplaudían el maltrato sino que también lo celebraban como la manera más lógica de tratar a estos supuestos delincuentes.
 Mi posición con respecto al sistema judicial guineano es bastante clara, en Guinea Ecuatorial no hay justicia. Con el cargo político, administrativo o con los contactos adecuados, uno tiene garantizada la impunidad. La ley en Guinea Ecuatorial, aunque no sé si se le puede llamar ley, no es igual para todos. En cualquier estado de derecho se busca ese ideal, aunque difícil de conseguir, de que la ley sea igual para todos. En Guinea se sabe y se da por hecho de que la ley no puede ser la misma para el “patrón”, o sea para Obiang y sus secuaces.
Y como la ley no es la misma para el patrón, tampoco se le puede criticar a él o al sistema. Puedo llegar a entender que la gente que se beneficia de un determinado sistema lo defienda, ya que si este cambia perderían sus privilegios, pero si uno no gana nada con este sistema, ¿por qué lo defiende? En Guinea Ecuatorial no se puede criticar públicamente a Obiang, el que lo hace, según la conciencia guineana, “tiene aspiraciones políticas” y hacer política en Guinea Ecuatorial, es peligroso.
 La falta de una sociedad civil fuerte y democrática es uno de los principales problemas de Guinea. Las elecciones son el elemento más característico de las democracias pero sin libertad, sin justicia, sin igualdad no sirven para nada. Guinea Ecuatorial necesita instituciones privadas en las cuales los órganos de gobierno sean estrictamente democráticos. La gente está acostumbrada a que alguien de arriba le diga lo que tiene que hacer, decir o votar. A la gente se le ha quitado el derecho a pensar independientemente. La gente no es tonta y sabe que si fulano de tal tiene trabajo, coche y casa es porque es miembro del PDGE. Y si mengano no tiene donde caerse muerto es por su condición de opositor.
¿Necesitamos solamente un sistema político democrático? ¿Puede éste llegar a funcionar sin una auténtica sociedad civil? Creo que no. Guinea Ecuatorial necesita sindicatos, organizaciones empresariales, fundaciones, ONGs, instituciones culturales, deportivas, regionales, organizaciones si animo de lucro, cooperativas, etc. Llevamos más de 30 años de la democratura de Obiang, es decir su democracia de partido único, el todopoderoso PDGE. Ya va siendo hora de que empecemos a montar la democracia desde abajo, porque si no estamos dispuestos a aguantar al “heredero”, tendremos que hacer algo.